Por más divisiones que desgarren nuestras sociedades, nunca deja de ser cierto que en los grandes fines estamos todos de acuerdo, y que el problema está siempre en los medios. Todos anhelamos y deseamos la justicia, pero no nos ponemos siempre de acuerdo en qué acto ésta se realiza, por ejemplo. Otro tanto ocurre con el "éxito" de una Nación.
En este punto es cuando se suele apelar a los "intereses" para explicar estas diferencias. Un estanciero querrá que la aduana funciones de una manera y el que fabrica cucharas de otra.
En en diario La Nación se publicaron algunos artículos sobre las impresiones 3D, por ejemplo acá http://www.lanacion.com.ar/1600714-dale-print-impresos-3d-con-aires-de-revolucion
Sin duda que es un invento que puede cambiar muchas cosas, al modo al que nos tiene acostumbrados ya la tecnología. Pero me parecía interesante el modo en que el periodista de la nota se refiere a los cambios con los que, todavía, fantasea:
" ¿cómo afectará una eventual difusión de esta tecnología disruptiva a la economía argentina?
A priori, uno podría pensar que se tenderá a un esquema que premiará aquellas cosas que hacemos bien (producir materias primas, creatividad y diseño) y les bajará el precio a las que no hacemos tan bien (industria manufacturera). Ergo, estaríamos, como dijo un ex presidente, "condenados al éxito", y ardería la interna de la UIA, con el desembarco de los nuevos hombres fuertes de Epson, Hewlett-Packard (o de las empresas que capitalicen el boom de la impresión 3D) en los puestos clave del directorio de la central fabril."
¿Será este el futuro con el que fantasean muchos más?
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