martes, 26 de mayo de 2009

¿Se despiden los Kirchner?




El año pasado, la situación nacional parecía un preanuncio de una repetición a nivel nacional de lo ocurrido en la CABA. Ibarra ganó las elecciones con le visto bueno de NK, con lo que por más que luego anden por sendas separadas, por entonces era el representante local de lo que ahora el ex-presidente gusta en llamar "el modelo". Después de Cromagnon el "conglomerado urbano" se le puso en contra, pero cabe destacar un aspecto de la cosa. Mientras Macri, sabiendo perfectamente lo que estaba haciéndo y cuáles eran sus chances, promovía la destitución, parte del trotskysmo (Ripoll, por ejemplo) mancomunaba con él sus esfuerzos para lograr ese objetivo. Pero ¿para qué? Es decir ¿qué sentido tenía para la revolución permanente la destitución de Ibarra? Claro, se dirá, se trata de un representante de la burguesía y, como tal, contrario a los intereses de la clase obrera... Pero ¿era tan seguro que su destitución constituía un avance al socialismo? Los hechos, pasado un tiempo, dicen lo contrario.

Podría pensarse que se trata de la estrategia cuanto peor mejor. Así, un gobierno como el de Macri generaría un clima social cada vez más conflictivo y prepararía una situación donde la única salida sea la revolución...

De todas formas, lo único seguro es que: Ibarra fue destituído y Macri se convirtió en el nuevo jefe del gobierno de los porteños. Y que la izquierda no obtuvo nada para sí sino que perdió bancas legislativas. Ahora tenemos algo que puede parecer similar, si reemplazamos a Ibarra por NK. Sobre todo si el peronismo (su facción "disidente") lo vota a Macri, caso en el que no es improbable que gane las elecciones. Y hasta quizá baste con que pueda ganar, para conseguir los apoyos necesarios para terminar haciéndolo (aunque ahora elConu y el Ingeniero dicen que los disidentes " vuelven ").

En realidad, la estrategia del copañero Solanas, por ejemplo, es semejante a la de Ripoll contra Ibarra (aunque un poco más nacionalista, claro): sus retenciones a la minería, nacionalización de los recursos energéticos, etc., por los que critica al actual gobierno, no parecen medidas que Macri (ni Carrió ni Cobos ni el Lole...) estén dispuestos a tomar. Es cierto que ni Néstor ni Cristina "avanzaron" en esas cuestiones. Pero no deja de ser secundario frente a las retenciones a la renta agraria. El discurso pro-campo es de lo más reaccionario que se escuchó en los últimos años; un pensamiento fisiócrata donde el valor brotaba de la tierra y todos "vivíamos del campo" por comer de lo que salía de él. Abrazar esa causa criticando las inconsistencias mencionadas en el gobierno actual es casi tan o incluso más inconsistente que el gobierno mismo. Como ironizó Zaiat en un artículo de página 12, lo mismo vale decir que toda la economía depende del campo porque procesa productos primarios a decir que nada sería de la Argentina a no ser por los camiones, los que son necesaios para transportar esos productos primarios y sin los cuales no podrían ni exportarse, ni consumirse, ni ser consumidos productivamente por la industria.

Para el gobierno sería igualmente improcedente dejar de tener en cuenta que su campo de acción es el de la opinión pública. Cabe decir por eso mismo que la ley de radiodifusión es una táctica impecable. En dicho campo, la ideología colectivista del país como organismo donde cada uno tiene su lugar y que se trabaja para el conjunto y que no hay salvación para uno si el conjunto se hunde, ha retrocedido enormemente frente a la que postura conjuntos más pequeños entre los que los excluídos se autoexcluyen, ya sea porque son "vagos", ya sea porque "les falta educación" y "son usados por los polítios". Tal vez podría hacerse una correlación y representar sendos discursos respectivamente por las duplas Macri-De Narvaez ("vagos") y Carrió-Stolbizer ("ineducados, víctimas del clientelismo").

Pero el tema es si efectivamente el repliegue K va a derivar en la asunción del gobierno nacional por parte de Macri, reproduciéndose de algún modo lo que tuvo lugar en la CABA. En las elecciones del 2003, NK obtuvo poco más del 20 porciento. Cristina, en 2007, más del 45. Hoy se estima entre 30 y 35 o 35 y 40. ¿Pero cuál es el voto que más cambió? Aparentemente, el voto clase media.

Una explicación de esto podría ser la siguiente: cuando la recesión '98-2002 su economía fue mermando sin que pudieran solos "salir para adelante", como suele decirse, se inclinaron hacia un pensamiento más colectivista. Ahora, que se ven nuevamente en una situación más estable, con un ingreso seguro para mentenerse sin perder propiedades, etc., ya no se creen más "el cuentito" del holismo, la industria nacional, etc. Además, probablemente una economía más liberal podría venirles bien puesto que el librecomercio abarta las marcas "importadas" y aún más las "nacionales". A los propietarios y los productores agropecuarios les pasa algo similar. Muchos saldaron us deudas hipotecarias (o están pagando cómodamente), y no se ven más en riesgo; en cambio, lamentan cada dolar que pierden en concepto de derechos de exportación. Así, contrariamente a la del 1998-2001, que era una crisis de escacés, y donde los sectores medios que se iban diezmando lentamente le tendían la mano a los descupados, por ejemplo; en el presente se trata de una crisis en la que se disputa la riqueza (por lo menos hasta que la crisis internacional no altere la situación interna), y las clases medias se preocupn ahora por difernciarse de quienes no los han acompañado en su crecimiento económico de los últimos años. Pareciera que ven en los sectores populares la causa de sus problemas y no un eventual aliado político, como no hace no mucho

Cabría preguntar ¿pero el gobierno realmente está generando políticas que propicien el "desarrollo" social y económico de los sectores excluídos, desocupados, etc.? Cuando el gobierno al remarcar sus "logros", meciona las reservas del central, la merma en la tasa de desocupación, el crecimiento del PBI; son cosas que en gran parte se deben a la "herencia": una devaluación de la moneda y una aduana "prteccionista". Lo que parece es que si no se realizan intervenciones menos "tímidas" (y hay que ver si son viables políticamente hoy por hoy), los sectores pauperizados permanecerán tales.

Por otra parte, el kirchnerismo parece que lleva en sí el germen de su propia destruccción: si es un gobierno para los excluídos (desocupados, trabajadores informales) y si su objetivo es integrar al ejército industrial de reserva al aparato productivo, blanquear el empleo en negro, etc., entonces, una vez que su base social, los excluídos, dejen de estarlo, pierde su sustento político.

Así se comprende perfectamente el slogan de campaña de Carrió de las últimas elecciones que perdió: "Ya estamos para un país mejor". Es la clase media que se ve a sí como sujeto universal, ideal del pueblo a educar.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Ideas progresistas para la provincia



El sentido común indica que en vistas al 28/6 el progre tiene, en la provincia, una disyuntiva. Por un lado, la opción más fácil (por ser la propiamente "progre"), es decir, votar a una lista opositora, por ejemplo, la de Sabattela. Digo la de Sabattela, porque es de todas la que más representa al sector. El sector que se agrupo en torno al "Pino" también está entre las opciones de él, pero a mi gusto, en un segundo lugar. Y considero esto pues, en primer término, el discurso los aparenta un poco más a la izquierda, con la idea de llevar más allá el conflicto, más combativos. Esto no es esencialmente progre. Pero, mucho más importante, su pensamiento, que es en la actualidad mucho más crítico del gobierno, se acerca a él desde una perspectiva ideológica o histórica. Ambos hunden sus raices en el peronismo, al menos mucho más que lo que Sabatella y su gente. Éste último se presenta como algo más desarraigado, sin tanto vínculo con la historia conflictiva. Es así que auspicia para los que no quieren más tensiones políticas, un porvenir mucho más confortable.

Por otra parte, el progre no quiere votar a un gobierno que se sostiene en el "aparato clientelar", mantiene privilegios de mineros, bancos, etc., y todas las críticas que se le lanzan por izquierda. Pero aquí hay una dierencia, que creo que el progre sabe apreciar. Algunos pinistas llegan a descripciones en las que el gobierno, entongado con algún grupo de capitales financieros que invirtieron en el negocio de la soja, quieren preservasles éste negocio, a costa de los pequeños productores, que son la vanguardia del sector agrario, en conflict ocon el gobierno durante el año pasado. Y aplican el mismo esquema a la minería y el juego, etc. Los de Sabattela, o al menos él mismo, pinta las cosas de otra manera: para él, el gobierno enfrentaba más a la oligarquía que a los pequeñoburgueses del campo, y banca la 125. Además, lo que considera "límites" (los de minería y demás) no lo atribuye a una suerte de acuesdo intramuros, sino a lo que llama, con justicia o sin ella, "limites del pj". O sea, es sus sostén en el PJ aquello mismo que lo hace mantener esos privilegios a los que la izquierda toda se opone, ya que perdería gobernabilidad. Es curioso porque en dos entrevistas escuché dos puntos de vista al respecto. Primero, que no es cierto eso de que los intendentes garantizan gobernabilidad, por otra, que es necesario crear nuevos instrumentos para hacer viables las políticas.

Por otra parte, el progre puede ¿porqué no?, votar, sí, al gobierno. ¿Cómo defendería tal proceder? Bueno, podría retomando el último de los argumentos, decir que no es el pj lo que le impide al gobierno avanzar hacia el socialismo (pongamosle), sino la oposición misma. Principalmente la Sociedad Rural y sus aliados, así como los caceroleros de la capital (y primer cordón del conu). Junto a ellos, los grupos de "comunicación" (que, quierase o no, son hoy en día para la política, algo así como lo que las condiciones de la intuición sensible para la estética trascendetal). Y sus representantes políticos: UCR, ARI, "socialismo", PRO y peronismo disidente (nota aparte, en este último punto podría hasta ser tentado en tomar la voleta de Sabattela).

Finalmente, otra razón en este sentido. Supongamos que el pino (en este caso la razón tiene, quizá, más fuerza que si lo suponemo con Sabatella) llega a ser presidente (ya se qeu las elecciones son leislativas, pero tengase en cuenta la proyeción 2011). Entonces empieza: expropiación de Clarín, estatización de YPF, de Aorolíneas, de los minerales, creación de la junta nacional de granos, etc. etc. Entonces ¿Qué van a hacer la Sociedad Rural & friends, Clarín y la prensa, los caceroleros porteños, etc., etc., el mismo pejotismo, como se lo llama? ¿No sería la oposición mucho más decidida y más amplia que lo qeu es ahora? Acusarían de cubanización, chavismo y todos los demonis que han crecido en los úlitimos años en la literatura periodistica. Eso no es progre (ni tampoco PRO). Claro que esta última razon no tiene sustento, pues se trata de una legislativa y no una presidencial.

domingo, 10 de mayo de 2009

Objeciones al desarrollo industrial local




El economicismo de los economistas (sobre todo del pensamietno liberal), sólo se aplica a los tiempos de expansión económica. Las crisis traen (algunas, en realidad) a los liberales ideas extraordinarias para sus discursos. Pero siempre muestran que hay una diferencia entre las previsiones que se tienen (quando se anuncian futuras catástrofes), y las causas a que se atribuyen éstas una vez que constituye un verdadero hecho, no ya un pronóstico. Es decir, las "crisis" reales, una vez acaecidas, son vinculadas (referidas) con hechos que no coiniden con aquellos sobre los que los economistas (del establishment) alertaban cuando, en vez de percibírselos como reales, se lo hace sólo como posibles, o sea, con anterioridad. Claro que la existencia aislada de alguna opinión diversa no altera las cosas. En general, además, puede decirse que si la crisis se considera evitable e inesperada, no puede sino referirse entonces a medidas, prácticas, emprendimientos, etc., que, o bien fueron alentados, o bien no se les dió la importancia que luego se impuso por los hechos mismos. El que, por ejemplo, se hayan volcado significativas cantidaddes de dinero a un sector financiero de naturaleza no sustentable, como el caso de la renombrada crisis de las hipotecas subprime, es un hecho que prueba, por más que nominalmente haya estado asociada a la idea de riesgo, que en la práctica no se la tomaba por tal, no al menos desde un punto de vista general.

En realidad la economía es, estrictamente, un estudio de las condiciones formales de los fenómenos económicos, mientras que el estudio de aquellas condiciones materiales pertenece a la historiografía. Siendo un a priori, la otra no puede ser sino a posteriori.

El economicismo, en tanto, consiste en presentar como determinados por las condiciones formales de la economía y en coformidad con lo real, lo que solamente es válido (formalmente).

Es preciso, entonces, diferenciar entre los signos (que son los que, con o sin fundamento, preocupan a los economistas) y los síntomas, los cuales son identificados con las crisis, cuando esta es un hecho.

Supongamos ahora una economía periférica que, por la división mundial del trabajo, dedica sus recursos a la provisión de materias primas a algunos países centrales industrializados (o en vías de serlo). Supongamos, además, que en algún momento, y fuera de la previsión de los economistas, la demanda disminuye. Este descenso produciría a su vez una suba en la magnitud de la población desocupada, quedando en condiciones de ser el recurso para el desarrollo de otro sector productivo que no responda a la demanda del commodity en el país central, sino, por ejemplo, a la propia demanda local (que podría generarse apartir del empleo generado por el mismo). Pero para que eso ocurra, es menester primero que tal sector se desarrolle. En tanto, los integrantes de la masa en cuestión dispondrán de bastante tiempo, si bien no de dinero, pudiendo acrecentarse su politización, y quizás también una conciencia "crítica" para con quienes definene realmente la configuración económica, así como la distribución y aplicación de los recursos (gobiernos y empresas).

Ahora bien, pueden existir algunos factores (políticos) que se opongan al desarrollo económico de sectores que podrían emplear la mano de obra que quedó desocupada.

Primero, la potencia que tenía la costubre de comerciar (y bajó su demanda) con ese país, que ya se encuentra con dificultades para exportar su excedente (y de ahí la merma en cuestión), puede prever un riesgo en ese desarrollo debido a que no sólo perdería, en el mecado interno de ese país, el monopolío del que disfrutaba en cuanto proveedor de mercancías industiales, también podría disminuir su competitividad en otros, que podrían recibir un eventual excedente de este industria incipiente, además de que podrían implementar medidas similares (si bien podría cresponderse a esto qeu un crecimiento industrial también podría aumentar la demanda de biens a la metrópoli misma, andá a decírselo). Por otra parte, la misma provisión de materias primas de la que depende podría verse amenazada puesto que podría ser absorbida por esa induatria local. Además, de aumentar la riqueza en la periferia, el precio que debieran pagar por la importación podría encarecerse un poco.

Pero también existen diversas críticas de ultramar (es decir, de la periferia misma).

La primera objeción que se suele escuchar es que cuando las empresas no son filiales locales de corporaciones multinacionales, algunos alertan sobre el "capitalismo de amigos".

La segunda objeción corresponde a un axioma: la industria argentina es necesariamente obsoleta y prebendaria.

La tercera objeción, globalizadora, es la que postula que cada país debiera explotar aquél sector en que su desempeño sea más competituvo (soja). Este argumento es una paralogia, y se basa en tomar un postulado cuya necesidad se da sólo en ciertas condiciones de la experiencia (contingentes), y se las trata como si fueran éstas condiciones universales (necesarias) de toda experiencia posible. No sólo supone que la política monetaria es una invariante absoluta y que el desarrollo técnico es una quimera, ya que, de presentarse en la experiencia algún fenómeno que sugiriera la falsedad del postulado, entonces se lo procura atenuar prácticamente.

Dejaré una sistematización de las objeciones para otro post, pero aprovecho para citar al ex presidente Carlos Saúl Menem, quien en las séptimas jornadas bancarias de la República Argentina, cuyo tema era el desempleo en Argentina (pero que como no es algo que pueda ser de interés a los banqueros, se le agregó como subtítulo "Las relaciones de la Argenina con los EE.UU."), expuso una objeción a la industrialización que bien puede considerarse representativa del pensamiento liberal de centro:

"Amigos banqueros: discutan, planteense hipótesis, confronten posiciones, busquen soluciones que sean tan nuevas como nuevos son los problemas y nuevos son los desafíos. Los amigos Roque Fernández y Julio Gómez han hecho referencia a algunas pautas a las cuales no podemos volver, so pretexto de combatir el desempleo; esto es, un poco de inflación, dirigismo estatal de nuevo, una protección de los que hemos dado en llamar una industria nacional, que es lo que nos llevó en 1989 a una inflación del 5.000% anual". (CSM, 1996).

lunes, 4 de mayo de 2009

7 años

El diario Clarín y Néstor se solían llevar mejor. Para examinar esta cuestión habría que ver si fue que su popularidad fue decayendo luego del ascenso inicial, y el medio fue siguiendo ese "clima" (es decir, el cambio que se daba en la opinión pública) o si, al contrario, el medio cambió su política y arrastró con él a todos sus lectores, o a algunos de ellos, lo cual era la respuesta al perjuicio que la gestión provocaba a sus intereses, o planeaba provocar.

El proyecto de ley del que, literalmente, Clarín no da noticia alguna, es muy probablemente una respuesta más que causa de las tendiones entre Néstor y Clarín.

Pero para ir anticipando las elecciones, voy a agregar al post las tapas que Clarín publicó después de cada una de las victorias electorales del FPV:














¿Cómo será en 2009?
"siempre junto a la urbe"