domingo, 21 de abril de 2013

Rejunte opositor o partido de derecha? problemas del cortoplacismo...

Escribe Verbitsky que "El problema, que lleva años pero no parece aproximarse a una solución, es que mientras una mitad tiene liderazgo, organización y programa, la otra es un cúmulo de voluntades dispersas y a menudo contradictorias. En el mejor de los casos esa mitad enfurecida se divide en cuartos, uno de centro izquierda y otro de centro derecha."

En el blog de Lucas Llach, por su parte:
"Leemos que la oposición se está esforzando por unirse en dos frentes, y lo está haciendo “con dificultad“.

¿Entienden que se trata de una elección legislativa? ¿Entienden que para una elección legislativa no es demasiado necesario que los diputados opositores tengan acuerdos programáticos demasiado profundos, porque de todos modos no podrán legislar en mayoría? ¿Entienden que no presentarse en una lista única es regalarle automáticamente la mayoría del Consejo de la Magistratura al oficialismo, porque en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) se elegirán de manera directa los miembros del Consejo de la Magistratura?"

El post es muy interesante más que por su valor táctico, por los presupuestos estratégicos. Allí se citan como supuestos "beneficios" de la LIONEL que "la oposición" obtendría una "mayoría probable en el Consejo de la Magistratura; más diputados para todos los partidos no kirchneristas en todas las provincias; cantidad mayor o igual que la actual de senadores en siete de las ocho provincias que renuevan".

Pero esto muestra claramente que quien así habla considera que SU PARTIDO está en condiciones de conducir a LA OPOSICIÓN. Además, presupone que el resto de los partidos podrían creer que el partido que hegemonice la  oposición será mejor que "la hegemonía kirchnerista".

Podría decirse que lo que se plantea se parece un poco a lo que hace el peronismo: una reunión de divergencias profundas. Sin embargo, la LIONEL, frente electoral, carecería del factor aglutinante del paronismo. No puede haber perspectic¡vas de que la centroizquierda mantenga una unidad con el pro a largo plazo, mientras que en el peronismo sí ocurre que una facción de centro izquierda y otra de centro derecha puedan mantener sus vínculos en periodos importantes de tiempo.

Seguramente se responderá que todo esto es secundario pues ante todo está el resultado electoral y no hacer la LIONEL sería pura pérdida. Pero esto no es más que hipotético. El hecho de que surga una gran "unión democrática" alteraría suficientemente el mapa electoral como para que los  vaticionios no puedan basarse en los resultados previos. Se polarizaría enormemente la elección, y obligaría a la "oposición unida" a mostrar un programa que por definición no podría mostrar, por su misma composición heterogénea. Y hay muchos factores más que escapan a los cálculos.

El error que hay que hacer notar en esto es que se quiere presentar como un acuerdo meramente pragmático y electoralista lo que debiera ser un acuerdo más profundo: una partido gobernante debe tener una base  más estable que lo mantenga unido.

¿Significa esto que sería mejor que, como dicen algunos la oposición debe configurarse como un partido alternativo con ideas propias antes que un mero campo "anti"? donde entre cualquiera?

Es que no parece haber más remedio: un rejunte como el que se hizo con Alfonsín y de Narvaez por ejemplo promete más votos en lo inmediato, pero a un mediano plazo destruye la credibilidad de los votantes que, por mucho que le pese a Llach, es es soberano constitucional.

jueves, 18 de abril de 2013

"siempre junto a la urbe"