En una nota de febrero de 2012 titulada "¿Cuánto crece realmente Argentina?" Luciano Cohan y Eduardo Levy-Yeyati tratan de ofrecer una crítica a los números "oficiales". Según se puede leer, no parece haber otro sustento para las proyecciones que la creencia en que las correlaciones que había entre los indicadores hasta antes de 2007 deberían seguir comportándose de la misma manera, calculándolas eligiendo no utilizar los datos que se sospechan dudosos. Se termina afirmando:
"En el corto plazo, con una crisis europea en ciernes, China planeando un aterrizaje suave hacia un nuevo modelo de crecimiento, la demanda local respondiendo al modesto ajuste fiscal, el menor acceso al crédito y el deterioro en el “clima de inversión” tras la intensificación del corralito cambiario y las barreras comerciales, y con una oferta asediada por la sequía y la falta de insumos importados, no resulta fácil identificar cuáles serían las fuentes de crecimiento en 2012. En el largo plazo, la creciente dependencia de la explotación de recursos naturales, y el fracaso de la sustitución forzada de importaciones en la generación de productividad y empleo, sugieren que, en ausencia de un cambio de rumbo, la brecha remanente con nuestros vecinos se seguirá ahondando."
La pregunta es ¿se trata de una corazonada? ¿de un deseo? Por otra parte, es curioso que si aplicamos el principio (extraño, sin duda) de que las correlaciones del pasado se sostendrán en el futuro, es evidente que no se vé de donde sale la convicción de que no existen razones para el crecimiento económico.
1 comentario:
Interesante comentario sobre los análisis económicos:
"Mi objetivo central de investigación fueron la creencias sociales" y su influencia en las elecciones. Ejemplificó que los rumores, terminan "manipulando" las creencias y su contenido culmina formando parte de los gráficos confeccionados por los analistas."
en este post de artemio
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