Hace poco surgieron dos cosas que llamaron bastante la atención: las opiniones vertidas por Escudé en TN, la entrevista que salió en tapa de La Nación sobre el "nuevo gorilismo anti-K".
Esto se suma a otras dos cuestiones publicadas en el blog de Rubén Sentis: las ventas de Clarín han bajado; que radio nacional consolida la audiencia.
También hemos escuchado que NK se está recuperando en las encuestas.
Entre tanto, también está la "pelea" por la ley de medios. La estrategia de pararla judicialmente parece un manotazo de ahogado, pues la misma surgió sin que se expusiera un sólo argumento verosimil para refrendarla.
A fines de marzo, algunos saliern a decir que el gobierno utilizaba políticamente su política de derechos humanos. El argumento en realidad nos muestra cual es la concepción subyascente: bancarse la política de derechos humanos, siempre y cuando no tenga consecuencias políticas. Pues, después de todo, esto demuestra que no se trata de unos simples viejitos ya que los hechos del pasado manifiestan su influencia hasta el presente, y una revisión histórica, una rectificación del pasado, incluso una reparación, sin duda tendrá efectos sobre el presente, lo quieran o no quienes ostenten las prerrogativas del presente apoyadas en aquel pasado yla impunidad sobre el mismo. De más está decir que la edad no es argumento suficiente para defender la impunidad, como tampoco lo es la obediencia.
Pero creo que hay que agregar dos cosas. Por un lado: unos cuantos es están hinchados las bolas de Clarín. No me refiero a los blogueros que, en realidad, al menos en un caso como el mío, ante la incomunicación y la monopolización de la opinión por parte de los grandes medios, encontré en los blogs un lugar dónde no sólo había otras opiniones sino que además era factible salir al cruce de algo que se había escrito, y eso iba a figurar en la misma página del texto. O sea, se trata de una manera diferente de organizar la comunicación, mucho más democrática, sin duda. De algún modo se asemeja a la diferencia entre el desarrollo de software privativo y software libre.
El tema es que ahora salen (los de Clarín) a decir que en realidad los blogs son "la misma vieja política de siempre"; quiero decir: acusan a los blogs de ser a imagen de los medios dominantes... pagados por la política. Pero cualquier persona que se acerque y lea un poco se da cuenta, con gran facilidad de lo falso de lo que se está diciendo. Me parece que la última chance que le queda a este modus operandi es que la gente le tenga miedo a las computadoras, como la gente que no se anima a tocarlas por miedo a romperlas o algo así. En una palabra: el miedo.
Decía pues que unos cuantos se hinchan las bolas de Clarín. Y no me refiero con esto a la nota mencionada arriba en La Nación. Es evidente que La Nación se diferencia de Clarín. Hace algunos años los gorilas amigos decían que Clarín era un diario K y sólo se podía leer La nación. Esos mismo amigos míos ven perfectamente que Clarín ahora no es un medio de comunicación: es el órgano de la oposición... sólo que sin oposición. Por eso causa gracia cuando Nelson Castro pide a gritos que alguien en ese campo contruya hegemonía.
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