A esta altura el medio se encuentra en una situación incómoda: se abstiene de ejercer presión por los medios por los que acostumbra y según el modo en que hasta ahora le ha resultado eficaz (con el riesgo de ser mero espectador en el mismo momento en que sus medios de acción son puestos en cuestión por la ley); o se lanza a una confrontación sin precedentes que pondrá en evidencia no ya su nerviosismo -como diría el diputado ultra K (como dirían ellos) y primer Damo- sino sus límites.
Por otra parte, como lo vienen anunciando, para esta medianoche se espera otro lock-out de estancieros de la pampa húmeda. Es curioso, muchos pensarían que el gobierno ariesga al enfrentarse a la vez a dos frentes. Pero se puede pensar alverre: ¿Clarín podrá brindar su infraestructura a la medida de fuerza del campo y a la vez a su propia causa? O el lock-out queda relegado (gana el gobierno) o lo estará el "clarinismo".
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