Existen diferentes opiniones en torno a la cuestión de Pino. El Cro. Artemio, por ejemplo, ha criticado la decición de ir en la lista con el candidato del PC a l acabeza, e indicó que el error se remonta a cuando el oficialismo optó por acompañar a Ibarra en capital, en lugar de ecolumnarse tras el Cro. Bielsa (nota). Menciona la necesidad, ahora, de que el PJ porteño tenga un candidato claramente peronista.
Hubo alguna propuesta, en deshonestidad intelectual se propuso mudar a Anibal a capital para que termine él conduciéndolo y alzándose como jefe de gob. También se critico el que "el peronismo pone los votos y el progresismo los candidatos" allí.
Hubo algunas críticas a los comentarios del Cro. Artemio, por ejemplo desde Catanpeist. Y a esta cuestión porteña se le agregó la de Santa fé. Básicamente se debatió desde dos polos: el “pejotismo” -o peronismo-, y el “progresismo” -o kirchnerismo tardío, tal como se lo bautizó desde ramble tamble. Desde el mencionado blog se propuso cortar boleta a favos del socialsmo, para que el Lole quede en segundo lugar en la prov. Otros (Artemio incluído) proponían el corte de boleta a favor del Lole. El argumento principal era que de esa manera se limitaba el poder creciente del socialismo, que podría llegar a la estatura de pelear por el poder a nivel nacional en el 2011 con Binner a la cabeza. En tal supuesto, Reutemann, quien iría dentro del PJ -cosa que, creo, no es el caso para ésta elección- sería más manejable que un Binner. Debido a que: tendría que ganarle la interna a Néstor (lo cual ya parecía improbable para muchos), y tendría que responder a sus bases peronistas, “sería más fácil controlarlo” se dijo por ahí, o algo parecido. Con respecto a este tema, a mí me dió la impresión que desde La Nación, por ejemplo, también veían con buenos ojos un buen desempeño del Lole, con quien podrían reeditar la experiencia Menemista (me refiero a un liberalismo conducido por el justicialismo).
Con respecto a capital, la cosa ha llamado la atención de casi todo el mundo. El mismo Mariano Grondona lo festejó en su programa al Cro. Solanas. Ahora dicen que saldría 2º en capital (y hasta hay quienes se esperanzan con que termine primero). También se espera que deje arafue a la Dra. Carrió.
Uno de los temas, entonces, es ¿Quién vota a Pino? seguido de ¿Qué piensa, su votante, del oficialismo?
Zloto, en su programa de radio Mitre, mencionó el otro día que en el programa de Chiche (que lo precede) lo sorprendió una entrevista a un ex presidente del banco central, anterior a Prat Gay, a quien definió como “Duhaldista, peronista ortodoxo”, cuando éste dijo que votaría por pino, debido a que “es el único candidato peronista en capital”. Esto mismo ya había sido referido por Artemio, al hacer mención de una reunión de la que participó conmemorando los Cros. fusilados por la libertadora, en la que, aseguraba “todos los compañeros votaban a Pino”.
De esta manera, una parte del porcentaje de Pino serían peronistas que se rebelan a confluir con el comunismo y votar a Heller. ¿Serían posibles votantes del oficialismo, si estuviern dadas las condiciones? Posiblemente, al menos gran parte de ellos.
Pero es claro que este no es todo el porcentaje de Pino. Hay algunos votantes de él que son francamente antiperonistas, y que quizás no lo toman, justamente, como el único candidato peronista de la CABA, sino como alguien que corre por izquierda al oficialismo, con consignas izquierdistas. Es el caso de la “cuestión de la minería”. Otras consignas como estatizaciones múltiples, donde estarían confluyendo el izquierdismo “estatizante” y el peronismo, también “estatizante”. Aquí se produjo, asimismo, un problemo en el interior del PRO. Mientras Macri salió a saludar al voto “privatizador”, su aliazo bonaerense salió (y la hija de Rucci lo mismo) defender estatizaciones. Para colmo, nadie, pero nadie, le creyó a de Narváez (me incluyo).
Comentario al margen: es curioso que mientras un impuesto a la exportación agraria generó un conflicto que sorprendió a todo el mundo, se piense que medidas como las estatizaciones propuestas y, en general, las consignas de Pino no traigan conflictos de mayor envergadura.
La que no supo dar una buena respuesta, a mi entender, es Michetti, quien salió a decir que era un acuestión secundaria, estatizar o privatizar, que lo importante era otra cosa, y que en cada caso se veía si convenía privatizar o no. Me parece, este punto, de importancia, por lo siguiente: esa “otra cosa” en su declaración, era de alguna manera asimilado a cierto ideal abstracto, algo parecido a la moral republicana. Y con eso, se abstuvo de tomar posición, y en un momento donde, dados los comicios, de lo que se trata es de decidir los lineamientos generales. Y si a esto se le suma la situación de Carrió, el lugar de ésta, sobre todo si queda afuera, va a ser tomado por aquella. Sólo que esto transformaría un poco la cosa a nivel “significado” (votantes, simpatizantes), pero sus figuras se sustituirían, como significantes.
Volviendo a lo de Pino, también hay que computarle el voto, digamos, “imberbe”, por llamarlo de algna manera (no confundir con el sentido que este término adquirió en Mayo del '74). Me refiero a los que sin pensar en la cuestión del poder a nivel nacional (y el orden político en general dentro de la nación) recurren al voto “contrario” pero en una oposición que no tiene como mira ningún proyecto capaz de relevar al ofocialismo en el ejercicio del gobierno. Muchos también que, de ser posible que efectivamente gane un elección ejecutiva, optarían por un voto en blanco, o algo por el estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario