lunes, 6 de abril de 2009

Cristina en el G-20




"Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo". Carlitos Marx

Uno puede lamentarlo o complacerse, puede parecerle poco o quedarse con dudas de cómo se concretan algunas cosas de las que se dijeron, pero no discutir que, en la reunión del G-20 de la semana pasada, el discursillo neoliberal tuvo que replegarse un poco.

En tanto, mientras que algunos, quizá con preocupación por ver que se pierde terreno, remarcaron que el FMI es el que va a manejar la guita que se planea repartir (mencionando que no le prestaría a la Argentina); otros señalan las críticas a los paraísos fiscales, o el tema de que se sacó lo de la flexibilización laboral. No faltan tampoco quienes sugieren que es todo un verso, lo cual proviene -básicamente- desde dos frentes: los que siempre criticaron el consenso de Washington ven esto como algo tibio, y los que al contrario, no parecen queren que se alteren sus principios.

Estos últimos, por ejemplo desde el diario La Nación, suelen hasta apelar a referentes que están bien lejos de sus ideales. Un ejemplo al paso, si no recuerdo mal, cuando Chavez introdujo la lectura de Marx en la enseñanza de Venezuela, un artículo lo criticaba apelando al mismo marxismo, sostenindo algo así como que el mismo Engels en algún lugar había criticado a Bolivar, lo cual era extensible a Chavez por declararse "bolivariano".

Lo curioso es que además de esto, la izquierda se alinee con el pensamiento liberal (de más está recordar el acto del año pasado en La Rural). Mucha tesis XI, pero la impresión que da es que por más ultra que sea el discurso, cuando una transformación tiene lugar, algo despierta en algunos grupos un ímpetu bien conservador. Obviamente que no es la transformación que profesan, pero si de lo que se trata es de transformarlo ¿porqué tanta cautela y tanto interpretar?

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"siempre junto a la urbe"