viernes, 27 de mayo de 2011

Betty and six seven eight.

Como mucho se dijo ya, me limitaré a pegar algunas cosas que me resultaron interesantes. Pero tampoco me voy a privar de hacer mi propio comentario, que no es sino algo que ya se comentó por ahí.

En toda la gran repercusión que fue su presencia en 678 (y habría que hacer notar que debe haber sido una de las pocas que aceptó ir de entre quienes son sin duda capaces de generar tal repercusión) se la intentó presentar, de parte de los medios oopositores, como una gladiadora del antikirchnersimo que batalló y ganó. Limitarse a eso es hacer oídos sordos a lo que realmente pasó allí, y para pensar en eso uno puede leer lo que escribieron los blogueros.

Yo remarcaría -pues no se lo hizo tanto- que Sarlo, como progre que es, estuvo de acuerdo en las cuestiones ás importantes de las que se hablaron. Cualquiera me dirá ¿y por qué es lo más importante? Y con razón, no podría demostrarlo, pero diría que son los puntos principales en disputa con la oposición. Sarlo, a diferencia del resto de los columnistas de La Nación, además de decir que el goberno usa los derechos humanos para beneficio propio, está de acurdo con la política de derechos humanos. Querrá otras cosas además, o querrá minimizar su importancia, pero está conforme con lo actuado y no preferiria que no se hubiera hecho.

Personalmente, creo que ella está muy preocupada por tener argumetons contra el gobierno pese a eso, lo cual hace que se vuelva muy crítica. Ser tan rítica le permite ser la voz de muchos opositores, incluso 'procecistas' (estuve hablando ayer con unos), con los que sin duda, por así decir, ella no haría 'frente'. Yo diría que si tuviera que votar por alguien, Sarlo lo haría por Pino. Es claro que no puedo probarlo, pero a Macri ya dijo que no. Me parece poco probable que vote a Filmus. Votando a Pino sabe que pierde y tiene la conciencia tranquila: no favorece ninguno de esos productor de la imaginación a que los intelectuales están tan afectos. Porque así como Marx imaginó esa cosa inexistente que se llama el capitalista (ya que los capitalistas son muchos y no son todos amigos), ella imagina (en su última columna en LN matiza la idea, pero sigue sacando las consecuencias de aceptarla) una aparato mediático kirchnerista.

Y acá está, a mi humlde entender, el quid. Lo que parece molestarla a Salro son las mayorías. Si no fuera por la mayoría K tendría a la que sea. Los intelectuales parecen creer que los que no tienen su nivel inteletual están todos equivocados. Se olvidan que cada cual debe tener su lugar en la sociedad y no tiene porqué haber mejores y peores. Si algunos no tienen muy buenos argumentos no significan que son ciber-k-renttados, etc.

Su error, creo yo, parte de ver el aspecto sociológico de la cosa: hay hordas K que son peligrosas, nos advierte en su comlumna periódica. Lo que gana con eso es no discutir las ideas. ¿Y por qué es este el point? Porque si discutiera las ideas sería muy dificil para el televidente opositor común no verla K. Y le tiene horror a algo semejante, es obvio.

Bueno eso pasa en general con los progres no K, y me paree bien pues, a fin de cuentas no les gusta el kirchnerismo y quieren diferenciarse.

Lo que lamento es que Betty se enoje (sí, parece que se enoja) contra los blogs y contra los programas, llamémoslo, K-friendly. ¿Por qué? Porque la verdad es que la hegemonía siempre va a existir, salvo por periodos de crisis. Si no hay hegemonía K habrá otra. Hoy tenemos una hegemonía K, pero que tiene una dialéctica con otra hegemonía que no termino de entender cómo viene tan diezmada, si bien es la que bancan la mayoría de las instituciones con poder en el país (medios de comunicación, camaras empresarias, etc., etc.). Si no hubiera hegemonía K ¿cuál tendríamos? No sé, pero me sale mirar atrás y entonces veo que, después de todo (y acpá está el otro point) no es tan malo. Además, es un microclima. No hay tal euforia kirchnerista, es solo un repunte, está por verse si vuelve a la performance del 2007, y así y todo no hay oposición que le haga sombra.

ahora sí, los recortes:


Abel:

Ahora, ¿tenemos claro que todo este debate, no sólo el que se dió en ese programa, sino también – sobre todo – el que siguió en los medios y en los blogs, es sobre el “relato“? ¿Sobre la forma en que los medios – y la TV pública, y los blogs – lo construyen y definen su sentido?

Nada malo con eso. Es un aspecto muy importante. Alguna vez dije que, en política, la realidad es lo que “todo el mundo” cree que es la realidad. Debí agregar “hasta que viene y te golpea”. El problema, me parece a mí, es que tanto los kirchneristas – hasta por la ubicación laboral en la manipulación de símbolos de muchos de sus militantes, señalaría un marxista – como los grandes medios de comunicación – porque es su negocio, digo yo – tienden a creer que es la parte decisiva de la realidad.

Y no es así, es lo que quiero apuntar. En forma muy breve, después de esta larga introducción debida a que también a mí me gusta analizar los “relatos”. No voy a decir qué es la realidad, después que por tres mil años, desde Ionia, gente muy inteligente lo ha discutido sin conclusiones definitivas. Simplemente, acerco la noción que a mí me sirve: la realidad es lo que queda después de sacar el relato.

Manolo:
Es tan árido, y adocenado, el campo del Debate Político; que Betty Sarlo termino siendo el remplazo de la Carrio apocalíptica. ;-P
Extrañan horrores a Bernardo Neustad; y no extrañe que al Turco Asís, desterrado por la falta de respeto al gran diario argentino, le terminen dando horario central.
Es la carta más fuerte, ¿única?, que tienen en el espacio virtual.

fede vazquez
La invitación de 678, la mejor interpretación posible de esa invitación al menos, tenía otra lógica a la del simple contrapunto: vos que nos mirás y escribís sobre el programa, vení a decirlo desde este programa.

¿Qué son esos desacuerdos [de Sarlo expresados en el programa]? Tienen dos vertientes que en el programa se mixturaron pero convendría separar. Una crítica puntal al ejercicio del periodismo de archivo y de las premisas sobre las cuales luego intervienen los panelistas de 678. Y por otro lado, sus desacuerdos con el kirchnerismo, la visión del mundo, o como quiso colocar Forster con cierta grandilocuencia “del poder”. ¿Es la misma discusión?

En su cabeza, los “medios políticos” siguen siendo los diarios. ¿Es así? ¿El problema no será que –ella, pero también 678- siguen poniendo en la tinta lo que en verdad se juega en la tele?

Sarlo, a su modo, mostró las complejidades de ser opositor desde una postura progresista. A favor del ADN de los hijos de Noble, condena a las declaraciones de Chiche Gelblum incluido el premio Martín Fierro, apoyo a los juicios por derechos humanos, y hasta un adelanto de un voto a Filmus en segunda vuelta: “quédate tranquilo, a Macri no lo voy a votar” [de todas foras podría votar en blanco en esa circunsrtancia]. ¿Cómo es que todo eso converge en la síntesis de un ser cabalmente opositor? ¿No hay acaso demasiados puentes como para que la persona que dice eso sea la representante ideológica “que da letra a Clarín”?

El punto fuerte, relativamente tácito, del discruso sarleano sería algo así: “ustedes son muy efectivos, han logrado que exista alrededor de un programa de televisión un activo militante, una participación, un hecho relevante. Ahora, esto lo hacen no desde un profesionalismo periodístico que no cuidan, sino desde un aparato simbólico de propaganda, un producto donde el equilibrio y la complejidad son arrasados”. ¿Cómo hay que responder frente a eso?

Con todo lo escrito arriba, ¿qué otro medio, que otro programa, se banca discutirse a sí mismo? ¿Qué dirigente político opositor puede sostener, así sea por dos minutos, un debate con Sarlo? ¿Qué otro conjunto de ideas , materializadas en un proyecto político real y de poder, existe hoy en la argentina para discutir los status quo, los sentidos comunes, las convicciones?

No hay comentarios:

"siempre junto a la urbe"