martes, 22 de junio de 2010

El fin de los K o un error de la oposición

Ya son menos los que niegan que el fin del kirchnerismo fue un anuncio precipitado y hasta parece que estamos presenciando un repunte del mismo. Retrospectivamente, vemos que muchos columnistas de la oposición (cabe agregar aquì que muchos oficialistas han coincidido en este punto con ellos) han quedado en off side por haber cantado victoria antes de tiempo. Esto beneficia al gobierno. Y creo que el error de calculo ha sido el siguiente: se apostó a una convulsión tipo 2001, que terminaría indefectiblemente en la caída del gobierno, y que entonces sería muy sencillo que un gobierno de derecha restablezca el orden conservador. Para eso, se montó una escenografía mediática completamente pesimista, y mucha gente realmente "se la creyó" pues ¿cómo iba a ser de otra manera, si la realidad socio-económica es una construcción y quienes tienen un lugar privilegiado en la realización de dicho montaje la presentan como nefasta a diario? Cuando digo "se la creyó", es obvio que no estoy diciendo que unos anden equivocados y otros en la verdad, ya que en cuanto a la percepción se refierea, todo es secundario a una doctrina, y en verdad no hay una única doctrina que pueda imperar. Pero sin duda hubo un error táctico de la oposición, que parece haber sido, paradójicamente su "optimismo" en cuanto a que los K eran historia. En efecto, su continuo criticar sin matices terminó por ofrecer al público una concepción sumamente simplista que sólo podía sostenerse en tanto y en cuanto el humor social estuviera maníaco. La manía es solidaria de concepciones simplistas, incluso delirantes, las cuales se caracterizan por tener poca vida. Y la "bajada de línea" de los medios puede influir en dicho humor, pero no es lo único que lo determina, existe otro factor que han desatendido. Se trata del tiempo: la manía tiene un tiempo acotado, al cabo del cual cede. Entonces, uno recuerda las "ideas" durante tales episodios y hasta se ríe "mirá las cosas que pensaba" puede llegar a decirse, tal vez un poco avergonzado.

Así, el período de humor social maníaco anti-K pasó (o al menos su pico), y los argumentos que en el mismo se esgrimían en solidaridad con dicho humor han perdido parte de su fuerza. Esto era en gran medida inevitable, y no es atribuible a un error de la oposición. Lo que sí fue un error es no haberlo tenido en cuenta. Lo que creo por otra parte es que pensaron que este proceso los favorcería: la eventual caída del gobierno sería el punto que marcaría el cambio en el humor y la recuperación de la eutimia. Pero no fue así, el gobierno no perdió en este capítulo, permaneció en el gobierno y en la oposición parecen ser todos lamentos. Y tengo en mente no toda la oposición, pues en realidad no me refiero por ejemplo a Sabattella o a Alfonsín hijo, pues ellos no han apostado a la caída del kirchnerismo ni al fin del mismo, me refiero a los que sí lo han hecho, como por ejemplo Mariano Grondona, Biolcati, Cobos, Clarín.

La idea entonces es que las chances de Kirchner de volver al gobierno ganando la proxima elección son consecuencia de ese error de la oposición la cual, en vez de ponerse por objetivo justamente ganar dichas elecciones, su meta fue la entrega anticipada, de ahí que ahora parezca no tener plan B ante la improbabilidad de dicha alternativa. La oposición conservadora ha perdido tiempo.

Este error aquí atribuído a la oposición tiene su origen, pues, en su desconocimiento de la situación ante la cual se encontraban, pero ¿cómo pudo esto ocurrir? Pues bien, hubo una mala comprensión de la misma cuya fuente es la información no fiable. ¿Y porqué se confió en dicha información? Simplemente, porque se confió en los medios de comunicación, es decir, la oposición tomó la información de los medios como fiable, erró por ende en su apreciación de la situación por haber creído en la información proporcionada por los medios. En este sentido, el kirchnerismo le hace un favor a la oposición con su consigna "Clarín miente", pues le avisa que no es bueno para ella fiarse de él.
"siempre junto a la urbe"